
Estar en constante traducción
Mi mundo interno era más atractivo, lúcido y familiar. Y sobre todo: era controlable. Algunos estímulos externos solo me abrumaban y deseaba silenciarlos. Mi fantasía me convencía de que la ilustración del camarón en el menú del restaurante iba a cobrar vida para comerme. Continúa leyendo Estar en constante traducción