Este artículo es resultado de una colaboración con Pau: gracs, Pau, tqm.
Quizá han escuchado que este lunes, aquí en Monterrey, se dio por inaugurada la tercera semana de la movilidad. Como en cada una de sus ediciones, el propósito es incentivar que nos movamos de formas más sostenibles y lo menos dañinas posibles para el planeta, buscando construir juntes una ciudad incluyente, justa y saludable.
Shei y Caro nos han hablado (desde las palabras y las imágenes) de cómo se siente caminar en esta ciudad. Aunque gran parte del tiempo nosotras caminamos a nuestros destinos más cercanos, desde que tuvimos acceso a un carro nos convertimos en parte del problema. Este artículo no pretende justificar todos esos años que elegimos manejar, sino compartir lo que nos ha servido para dejar de hacerlo.
Un punto importante de la semana de la movilidad, es el #RetoSinAuto que tiene el propósito de que personas como nosotras, con el privilegio de elegir cómo movernos, tratemos de prescindir de nuestros carros por lo menos por una semana. La idea es extender el reto que normalmente se limita al Día Mundial Sin Auto, que se celebra el 22 de septiembre.
Se clasifica como un “reto” porque vivimos en una ciudad donde, por distintas causas y factores, la prioridad siempre han sido nuestros carros. Esto mismo se ha encargado de facilitarnos manejar antes de considerar otra opción para movernos. En nuestro intento por navegar la ciudad de manera diferente, hemos encontrado varios recursos y herramientas que nos han servido para intentar otras alternativas de movilidad antes de escoger de manera automática manejar un carro. Muchos de estos los hemos usado desde varios años, y probablemente ustedes ya los conozcan, otros son recientes. Nos costaron unos cuantos dolores de cabeza y horas subiendo y bajando de camiones equivocados pero ahora son los que de primera mano recomendamos. Ojalá les sirvan como a nosotras.
Vamos a empezar por lo más general; actualmente la ciudad cuenta con varios tipos de transporte público y sistemas colectivos que van desde las rutas de camión, el sistema de metro, la ecovía, el transmetro, el metrobus y los circuitos públicos.
Fuente: Secretaría de Desarrollo Sustentable del Gobierno de Nuevo León
Todos los sistemas colectivos aceptan pago en efectivo pero desde años recientes se han implementado sistemas de pago por medio de tarjetas electrónicas que no solo hacen más eficiente el sistema sino que, además, cuentan con diferentes beneficios dependiendo de la plataforma.
La tarjeta feria es la más usada ya que funciona en todos los camiones, la ecovía, el transmetro y los circuitos públicos. El trámite es muy fácil, solo necesitas ir a los centros de emisión oficiales y presentar la documentación que se pide. No te abrumes por la cantidad de tarjetas que existen, básicamente se dividen en dos categorías: la tarjeta ordinaria y las tarjetas con tarifa preferente. La diferencia, es que la tarjeta con tarifa preferente da un descuento más grande para todos los estudiantes, los adultos mayores y las personas con discapacidad, irónico porque hay muy pocas rutas de camión que son accesibles, siendo la ecovía, el transmetro y (muy ahuevo) el metro, los únicos completamente incluyentes. Otra ventaja de pagar con la tarjeta feria en lugar de hacerlo con efectivo es que existe un sistema de transbordo que te hace descuento cuando tienes que tomar más de una línea de transporte, ya sea un segundo camión, un transbordo a la ecovía o al transmetro. Las recargas pueden ser en los puntos oficiales y en todos los Oxxos del área metropolitana donde también puedes consultar tu saldo restante. También existe una app oficial pero no la recomendamos porque nunca nos jaló.
Por otro lado, un método que sentimos que mucha gente no usa es la tarjeta mía que se puede usar en las dos líneas del metro. De manera parecida a la tarjeta feria, los viajes tienen menor costo y usarla es mucho más práctico que tener que comprar un boleto cada vez que tienes que usar el metro. Se puede conseguir en todas las estaciones del metro y aunque tiene un costo inicial de $20 pesos tiene un sistema de recarga que te regala saldo que puedes usar para viajes entre más dinero le recargues.

Desde que empezamos a movernos en camión, hemos aprendido a siempre primero conocer las diferentes rutas que pasan por nuestra casa. Además, algunas plataformas nos han facilitado muchísimo ahorrarnos la perdida cuando estamos en lugares que no conocemos. Aquí están:
Rutadirecta: Al momento de su lanzamiento nació con el propósito de navegar mejor la ciudad usando los diferentes tipos de transporte público, (una herramienta con una idea tan simple que por parte de gobierno aún no existe formalmente) y que era básicamente un Google Maps pero con camiones: escribes tu punto de inicio y tu punto de llegada para ayudarte a crear un camino con diferentes combinaciones de rutas para que elijas la que más conozcas o la que más te convenga, etc. Aunque ya no se puede usar como antes, sigue siendo una herramienta súper padre si nunca has usado un camión y no conoces las rutas que pasan por tu casa. Se las dejamos en la lista porque en su página tienen un aviso de que temporalmente el servicio de planeación de ruta no está disponible pero en teoría volverá pronto a servir como antes.
Moovit: Es una plataforma que funciona como lo hacía Rutadirecta (que es más conocida entre la gente de aquí). Además de planear tu ruta, tiene varios destinos frecuentes ya registrados dentro de la página y te ayuda a saber cómo llegar a ellos desde distintos puntos de la ciudad. Funciona como página web y como aplicación tanto en Android como en iPhone. Lo mejor de esta aplicación es que la puedes utilizar en muchísimas ciudades del mundo, si alguna vez sales de viaje recuerda revisar Moovit para que aún en otros lugares puedas prescindir del uso de un carro.
Por parte de las iniciativas privadas algunas universidades, centros comerciales, empresas, etc. también tienen sus propios servicios de transporte colectivo. Muchos son gratuitos y te recomendamos muchísimo que revises si el lugar donde estudias o donde trabajas actualmente está implementando alguna de estas medidas.
Algo que descubrimos fue que el HEB que frecuentamos tiene un servicio de transporte gratuito. Yo (Pau) vivo por el parque Tecnológico y me emocionó muchísimo la apertura del HEB de Urban Village; estaba lista para ir a hacer el súper y caminar mucho y cocinar más. Caminar de regreso con miles de bolsas es imposible, por lo que esta solución de transporte colectivo representa una ayuda enorme, especialmente para quienes viven más lejos que yo. Los horarios son limitados, pero les recomiendo que si les gusta ese HEB lo usen.

Además, existe Circuito Tec, que funciona para todas aquellas personas que forman parte de la “comunidad Tec” y tienen una credencial vigente—como EXATECs, desafortunadamente, no tenemos permitido usarlo. Esta opción tiene sus límites de horario pero funciona para conectar muchas zonas que normalmente son más tardadas en transporte público (como la ruta Hospitales que conecta con San Pedro sin tener que pasar por el centro).
Otra opción es la de Circuito UdeM, que la verdad ninguna de nosotras ha usado. Investigamos las rutas y, aunque la página resulta no ser tan clara, encontramos que se apoyan de una aplicación (urbvan) para organizar un poquito mejor las rutas, poder rastrear dónde viene la unidad más cercana y además ofrecer un servicio de reservación de lugar (muy elegantes, ellos). Para la UDEM, que está bastante lejos de los lugares por donde normalmente pasan más rutas de camiones, esta es una medida útil que puede por lo menos acercarte a alguna otra ruta que te pueda llevar directo a tu casa.
El tema de movernos en transporte público o aprovechar los servicios de transporte colectivo, es que para llegar a las paradas a veces hay que recorrer distancias largas. Para este propósito o para recorrer distancias más cortas, sirve muchísimo una bici. Cabe mencionar que ninguna de las dos somos expertas en esto, hemos tratado de incorporar la bici a nuestras vidas pero solo tenemos una y la tenemos que compartir (esto se dificulta cuando vivimos lejos la una de la otra). Aquí les vamos a recomendar cosas bien puntuales:
Primero, no necesitan comprarse una bici carísima para empezar a usarla de transporte. No pasa nada si empezamos con una bici prestada o con una usada, es mejor hacerlo así para que vean qué les funciona mejor y luego ya puedan invertir en algo que les guste. También recomendamos 100% asistir a una rodada para que aprendan sobre seguridad y señalización (no por saber andar en bici significa que ya sabemos cómo andar en bici en la ciudad). Recuerden tener una cadena, una mochila y opcionalmente algunas herramientas a la mano, el uso del casco es controversial entonces se lo dejamos a criterio de cada quien decidir si quieren usarlo o no. Aunque estos tips son básico igual se los platicamos porque una de nosotras se salió sin cadena y anduvo toda pendeja buscando dónde comprar una. No vamos a decir quién fue.
Segundo, rodeense de otres ciclistas, vayan conociéndoles en rodadas y busquen páginas que les gusten y les acerquen a la información que van a necesitar, Pueblo Bicicletero es un ejemplo, pero así hay muchos grupos de facebook donde se comparten rodadas, eventos, tips y bicis usadas en venta.
Además, hay muchísimas tiendas y talleres de bicis en el área metropolitana que no solo les van a ayudar muchísimo a darle mantenimiento y cuidado a sus bicis, sino que frecuentemente organizan talleres de mecánica básica donde pueden adquirir conocimientos que les van a empoderar aún más en su uso de la bici para moverse en la ciudad.

No creemos que exista un caso en el que sea completamente imposible dejar el carro y elegir un tipo de movilidad sostenible, pero sabemos que muchas veces la prisa es mucha o la distancia es muy grande. Para estos casos de urgencia, donde de plano la vemos cabrón, les queremos pedir algunas cosas: recuerden que la calle es de todes, el tener prisa no justifica que pongamos en riesgo la vida de las y los peatones y ciclistas que están transitando junto con nosotres. Necesitamos siempre tener en cuenta que quienes traemos un arma de una tonelada somos nosotres, y somos los únicos que realmente tenemos el poder para prevenir los accidentes y procurar que nuestras calles sean lo más seguras posibles con la infraestructura excluyente que tenemos. No nos vendría mal darle una leída al nuevo reglamento homologado de vialidad y tránsito, que muchas veces parece que se nos olvida que existe.

Recordemos que también existen opciones para que aún utilizando un automóvil podamos disminuir nuestro impacto medioambiental, usemos Wheels que es una aplicación disponible para Android y Apple, diseñada para que agregues amigues como si fuera una red social y así poder compartir los viajes en carro que tengas que hacer. Ahí mismo también puedes organizar rodadas en bicicleta y así de manera colectiva moverse de manera más segura por la ciudad. Ya como último recurso podemos usar Uber pool/Carpool para que por lo menos el auto que transite no lo haga con un solo pasajero.
Recordemos algo: somos una población privilegiada. Somos de las poquitas (muy poquitas) personas que tenemos la posibilidad de elegir cómo movernos. Está en nuestra lista de responsabilidades usar este privilegio para siempre pensar en cómo hacer esta ciudad más incluyente, más justa. Una de las formas en la que podemos hacer esto es estando en el lado correcto de la discusión y siempre empujando a conseguir hacer una mejor ciudad. Necesitamos pensar en cómo afecta nuestro uso del carro y cómo podemos disipar los efectos negativos del mismo, tal vez no vayamos a cambiar por completo nuestra forma de movernos (aunque es lo ideal), pero sirve muchísimo que vayamos cambiando poquito a poquito nuestras formas de entender y existir en la ciudad.
Si quieren saber más acerca de todo esto les invitamos a darse una vuelta por la agenda de la Semana de la Movilidad, por ahí nos vemos.
Imagen destacada por Yuliya Gwilym.