¡La boy band vive! …en Corea del Sur

Después de que One Direction anunció en 2015 que se tomaría un descanso para que sus integrantes se enfocaran en sus proyectos como solistas, la escena de las boy bands quedó prácticamente desierta… al menos en Occidente.

En mi experiencia personal, la falta de una boy band la sentí el año pasado cuando buscaba celebridades nuevas para seguir en redes sociales, obsesionarme un rato y no pensar en mi trabajo.

No buscaba específicamente una boy band, sino une artiste nuevx para entretenerme. Pero Occidente me falló. No había alguien con quien sintiera que había una conexión. Por ejemplo, amo a Beyoncé y es tan talentosa como inalcanzable, pero su narrativa en redes es muy controlada y en raras ocasiones «habla» con sus fans fuera de un espectáculo. 

Aunque todas las imágenes que publica son obras de arte y una bendición, necesitaba alguien con quien pudiera tener la ilusión de un rapport.

Entonces conocí el K-Pop.

La ola coreana, conocida como Hallyu, o el ascenso de la música, las telenovelas y películas surcoreanas en el extranjero, no es cosa nueva. De hecho, entre 1997 y 2005/2007 tuvo un primer auge y actualmente está cobrando su segundo aire, explica Cynthia Green.

Latinoamérica no es ajena a la escena, un informe del Hyundai Research Institute sobre el poder económico del K-Pop señala que en la región, el consumo de este género ha ido en aumento desde los años 2000.

El ejemplo más claro son los logros recientes de la banda BTS en Estados Unidos: se presentaron en los Billboard Music Awards para estrenar el tema principal de su nuevo álbum, ganaron el premio del artista más social en esa misma ceremonia y una semana después se colocaron en el primer lugar de la lista de esa misma revista de los 200 discos más populares en ese país.

Comparo con Estados Unidos porque es quizá uno de los mercados más difíciles de ganar debido a que tiene su propia industria de la música sumamente desarrollada.

En mi caso, mi primer acercamiento con BTS vino hace un año después de haber visto un drama coreano con mi hermana. Recordé que Corea del Sur también era famosa por su música, pero realmente nunca le había puesto atención. 

Decidí darle una oportunidad y me puse a ver un video de YouTube con las mejores 100 canciones de ese momento. Anoté las que me gustaron y las busqué en Spotify.

Al poco tiempo ya estaba ahogada en contenido que ni siquiera entendía, pero era MUY entretenido. 

Lo más interesante era que no había un solo grupo que me interesara, ¡había decenas! Y yo creyendo que ya no había boy bands relevantes.

Además de BTS, en Corea del Sur son exitosas Big Bang, Shinee, EXO, Got7, Super Junior, NCT, Vixx, BTOB, Ikon, Pentagon, Wanna One, Winner, Seventeen, sólo por mencionar algunas. Cada una tiene su distintivo y fueron creadas para satisfacer cierto público.

 

También hay grupos de mujeres con mucho éxito, pero no me voy a adentrar mucho en ese aspecto por ahora.

Cabe mencionar que en Corea las boy bands tanto de hombres como mujeres suelen estar compuestas por muches integrantes. Por ejemplo, NCT 2018 está compuesta ¡por 18 jóvenes!

Confieso que me impactó saber que había tantas personas en un mismo grupo, lo consideré innecesario y una labor titánica organizar a tanta gente. Pero las compañías de entretenimiento están más que capacitadas para hacerlo, además de que estaba viendo este manejo desde un punto de vista extranjero acostumbrado a la noción de que las boybands a lo mucho tienen 6 integrantes.

A veces resulta desafiante estar al tanto de tantos grupos y tantas personas dentro de cada uno, pero es divertido. La verdad es que satisfice por mucho mi necesidad de entretenimiento y de celebridades nuevas.

Sé que esto no es nuevo y no soy la única que recientemente se ha clavado con este estilo de música, pero me parece necesario destacar que vive un momento cultural importante porque el K-Pop se ha vuelto una fuerza que no se puede ignorar.

Hasta la escena local quiere aprovechar la emoción por el género: el Café Iguana, conocido por ser un espacio en Monterrey para el rock, tendrá una noche de K-Pop.

En algún artículo (que perdí) leí que el éxito de BTS en Estados Unidos se debe al timing, precisamente porque no había una boy band predominante en Occidente.

Yo pienso que además del timing, se ha vuelto popular por la conexión que les idols en lo individual logran crear con sus fans. 

Aunque la naturaleza del K-Pop es ser una industria que produce música en masa, y se critica, como el pop de Occidente, que las canciones sean hechas por alguien más para que les integrantes las canten, en la mayoría de los grupos hay algunas estrellas que tienen prometedoras carreras como productores o solitas.

Incluso hay casos en los que los integrantes participan en escribir las canciones o en su producción (como Suga en BTS o JB en Got7).

Además de que parte de las promociones de los grupos consisten en mantener chats o videos en vivo en los que platican con sus seguidores.

En mi caso, creo que el timing fue clave. Recién había entrado a trabajar y quería una distracción, algo que me relajara de la tensión de estar todo el día en la oficina. 

Cynthia Green coincide y menciona que el K-Pop es para muchos un happy place o un lugar feliz al que acudes para relajarte y escapar de tu realidad.

El atractivo más grande tal vez sea ver que hay jóvenes en otro país que están haciendo cosas interesantes, lo que puede ser inspirador, a la vez que suelen tener un buen mensaje.

BTS, por ejemplo, creo que ha roto barreras porque habla de los problemas de les jóvenes. A pesar de que gran parte de las canciones están en coreano, logran transmitir el sentimiento a través de la música.

Pregonando el lema de “Love yourself” (ámate a ti misme) han logrado cautivar a millones de fans en todo el mundo y hasta se han unido con Unicef en una campaña contra la violencia infantil.

Aunque en Occidente tampoco es extraño que artistas se unan con fundaciones por alguna causa (como Selena Gomez, embajadora de la buena voluntad de Unicef), tan solo demuestra su preocupación por el bienestar de les jóvenes y que las diferencias culturales no son tan grandes.

A final de cuentas, convertirse en adulte es una preocupación universal y es difícil en cualquier idioma, ¿por qué no enfrentarlo en la compañía virtual de personas talentosas y hermosas?

Imagen tomada de Twitter

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