Watson

Cuando estaba en cuarto de primaria fuimos a Zacatecas y unos amigos de mis papás nos regalaron una perrita recién nacida, una cruza de boxer y border collie. En el camino de regreso a Monterrey, mi hermana y yo pusimos la película de Barbie del “El Lago de los Cisnes”, y yo como dueña oficial de la perrita decidí ponerle Oddette, el mismo nombre que la protagonista.

Oddette llego a mi vida cuando yo todavía no sabía ser responsable de mí misma y mucho menos de otro ser vivo. Y por más que recuerdo salir con ella a jugar al patio, compartirle nieve de mango e intentar sacarla a pasear, Oddette se volvió casi inmediatamente en responsabilidad de mis papás, quienes no estaban particularmente a favor de tener una mascota si la tenían que cuidar ellos. En mi mente yo era muy responsable de Oddette pero esto no era así en la realidad.

Uno de los peores momentos en mi vida, fue salir al patio buscando a Oddette, para darme cuenta que no estaba en el patio como yo siempre pensaba que estaba. Ese día en la noche camino de regreso de una posada, se me ocurrió preguntarle a mi papá si Oddette estaba en la veterinaria o porque no estaba en el patio. Mi papá, con su personalidad directa que lo caracteriza, solo me contestó: “Oddette se murió”. Inmediatamente comencé a llorar porque no era posible que no me hubiera dado cuenta que mi propia mascota ya no estaba en el patio como yo la imaginaba todos los días ladrando.

No tengo una excusa más que ser una adolescente irresponsable que estaba más preocupada con la escuela y con cadena, pero una parte mi nunca se va a perdonar por haber dejado que esto pasara. Desde ese momento, me resigné a nunca volver a tener una mascota porque no sentía que mereciera una segunda oportunidad de cuidar a otro ser vivo.

Hasta que llegó Watson.

Joan Elizabeth Watson, originalmente se llamaba Layla y fue rescatada por mis tíos que toda la vida han tenido exclusivamente gatos. La última semana de abril del 2015 fuimos a festejar el cumpleaños de mi hermana a casa de mis tíos, nunca esperamos llegar y encontrar a una labrador de dos o tres semanas escondida en la sala. Watson no es mía porque mi hermana la vio e inmediatamente supo que iban a tener una conexión especial. Mis papás por algún tipo de milagro dejaron que nos quedamos a la perrita pues los gatos no la habían recibido bien.

Desde ese día todo cambió. Suena exagerado atribuirle a una labrador que no tenía ni un mes de existir la capacidad de traer la paz a mi familia, pero la recién bautizada Watson (En honor al personaje de Lucy Liu en “Elementary” de CBS) nos ha traído más alegrías de las que puedo recordar en los últimos años.

Crecer no es fácil y es un poco inevitable alejarse del núcleo familiar mientras descubrimos quienes somos. La carrera, las prácticas, los compromisos sociales hacen que la familia pase a un segundo plano y en el 2015 yo veía muy poco a mi familia. Pero decidida a no repetir los mismos errores que tuve con Oddette, hice mi tarea: defender a Watson a capa y espada de las reglas estrictas de mis papás, y pasar la mayor cantidad de tiempo posible con ella.

Mi primer reto fue lograr que dejaran que estuviera adentro, argumentando que solo estaría en mi cuarto y que el calor era demasiado para una pobre bebé con pelo negro. De tener permiso de estar en mi cuarto, Watson ahora sabe que es la reina de la casa. Duerme en un sofá cama que está en mi cuarto, y solo a veces le gusta dormirse conmigo. Cuando me fui de intercambio, mi cuarto se convirtió en su cuarto.

Watson es un ser extremadamente paciente, se puede sentar por horas mientras estudiaba e incluso me ha mirado fijamente mientras le leo mis lecturas sobre derecho internacional en la peor temporada de finales. Watson se da cuenta cuando te sientes mal y aunque no puede curarte inmediatamente, hace todo lo posible por sentarte a lado de ti y darte apoyo emocional.  Mi papá es veterinario y aunque no es experto en perros, técnicamente puede justificar que los animales no piensan, pero creo que ya está convencido de que Watson debe ser la excepción a todas las reglas del mundo animal que se ha pasado años estudiando. Mi mamá al confrontarse con la idea de que ya me voy y que estamos grandes ha decidido que Watson es la bebé que le faltaba a la casa y juega con ella en el patio, le inventa canciones, y rezan juntas.

A pesar de las tendencias a pensar en las mascotas como bebés, intentó hacer un esfuerzo de acordarme que Watson, a pesar de todo lo que significa para mí, es un perro, y necesita hacer actividades de perros. A Watson (como a mi familia) no le encanta convivir pero le gusta ir al parque, le gusta cazar palomas y jugar gato en el patio. Tiene una extraña obsesión por la lagartija que vive abajo del fregadero, y le da miedo dormir en su casa de afuera.

Watson ha encontrado la manera de tirar la pelota a las plantas de menta que tiene mi mamá en el patio y lograr que el olor llegue a cualquiera que pase por ahí.  Descubrió hace poco que no le gustan las blueberries, y le encanta la comida de Pedigree del Oxxo que le damos solamente cuando se acaba su comida de piel sensible que le recomendaron en la veterinaria. Corre y ladra en sus sueños, y se espera en la sala cuando sabe que alguien de la familia no ha llegado a la hora que se supone que debe de llegar.

Yo ya me voy pero Watson se queda con mi cuarto y a pesar de que no pude cumplir mi promesa de tenerla cerquita todos los días, me voy sabiendo que Watson cuida a las personas más importantes de nuestra vida, y que es tan lista que puede hacerse la enojada conmigo en FaceTime aunque estemos a 4,000 km de distancia.

Cuando las personas no me creen que Watson va a ser lo que más voy a extrañar de Monterrey es simplemente porque no han convivido con ella. Watson me ha enseñado a tener compasión, a ser paciente y sobretodo a valorar el privilegio que es tener una familia como la mía, y espero que pronto se invente una traductor perro-persona que nos permita comunicarnos fácilmente, sin importar la distancia. 

Un comentario en “Watson

  1. Ma Esther, hermosa sobrina mía !!. me ha encantado tu historia con Watson, simplemente emotiva. A donde vayas y donde estes, todos, hasta yo estaremos en escencia contigo. Te quiero mucho y Dios te bendiga siempre!!

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