Si a los 19 años se hubiera entregado a mi crush una carta a mi nombre en la que le confesaba mi amor, no sé si estaría aquí para contarlo.
Lara Jean, protagonista de “To All The Boys I’ve Loved Before”, en cambio, tiene que enfrentarse a las consecuencias de que su hermana menor enviara las cartas secretas que había escrito para sus cinco crushes.
La nueva película de Netflix aborda el enredado mundo de los crushes adolescentes con mucha gracia y, a mi parecer, sin caer en reducciones simples de los sentimientos de las mujeres jóvenes.
La historia está basada en un libro (que no he leído) del mismo nombre escrito por Jenny Han, que supongo que es muy bueno porque fue best seller del New York Times.
La protagonista se enfrenta a un complicado panorama después de que se revelan sus crushes porque uno de ellos (Josh Sanderson) es el ex novio de su hermana, la cual se va a Escocia a estudiar.
Peter Kavinsky, otro de los crushes, es un compañero en la prepa y es novio de su ex mejor amiga.
De los cinco, ellos dos se vuelven los más relevantes y completan el triángulo amoroso que da pie a la película.
Para evitar que Josh piense que todavía le gusta, Lara Jean empieza una relación falsa con Peter, que a su vez cortó con su novia y quiere darle celos para que regresen.
Después de firmar un contrato de lo que tienen permitido, Lara Jean y Peter comienzan a conocerse mejor y, para sorpresa de nadie, cosas pasan que no revelaré para no dar spoilers.
Sin embargo, puedo decir que me pareció una versión optimista de lo que pasa cuando te gusta alguien y te ves obligado a confesarlo.
En mi propia experiencia, tener crushes ha sido un proceso agónico en el que me obsesiono por saber todos los detalles de la persona, pero no hago mucho por que algo pase más allá de la amistad.
Insisto que a los 19 años, cuando desarrollé un crush que aún sobrevive, no hubiera sabido qué hacer si me pasara lo que a Lara Jean porque me daba mucho miedo la posibilidad de sentirme exhibida o vulnerable.
Otro factor importante es que siempre pienso en el rechazo. No confieso mis sentimientos por temor a que la otra persona me diga que no por algún defecto en mi aspecto o porque hay algo mal en mí.
Con el tiempo he comenzado a entender mis emociones y he aprendido a manejar situaciones imprevistas o de estrés, por lo que sé que podría manejar una confesión.
Además de que entiendo que si alguien me rechaza no es porque haya algo mal en mí, sino por circunstancias que no están en mis manos.
No sé si la película me haya dado la valentía para confesarle a mi crush lo que siento, pero al menos pude escribir estas palabras sin que me diera vergüenza o ñáñaras…
Hola, XXXXX
Desde hace 7 años tengo el más grande crush contigo. En todo este tiempo nuestra relación evolucionó de meros conocidos a amigos que se escriben cada cumpleaños.
He fantaseado con la idea de ir a tomar café contigo incontables veces. Alguna vez llegamos a coincidir en fiestas, pero no es lo mismo.
Cuando le contaba a mis amigas, todas decían que seríamos una excelente pareja, pero por alguna razón, nunca he tenido el valor para confesártelo.
Quizá porque creo que es más patético ahora tener que confesar el crush y el hecho de que no soy suficientemente valiente.
No tengo mucho que decir y no quiero pecar de cursi. Sólo quiero que sepas que se me hace súper linda tu carita y que estaría padre salir algún día.
Imagen tomada de Youtube