Después de la jornada electoral pesadísima del pasado 2 de julio, en Monterrey se desencadenaron una serie de deliberaciones y declaraciones por parte de tribunales, comisiones, institutos, candidatos, supuestos «ganadores» y medios. Nadie supo quién fue electo con certeza y quedaron al aire muchísimas dudas: ¿por qué se anuló la elección? ¿para qué votamos si no hay transparencia en los resultados? ¿qué sigue? ¿de verdad tenemos que votar otra vez? La realidad es que, aunque no queramos, las elecciones en esta ciudad se van a repetir, y con ellas las campañas y el circo que implican. Lo peor de todo: vamos a chutarnos a los mismos de siempre haciendo lo mismo de siempre.

Los dos candidatos con una posibilidad real de ser electos ya fueron alcaldes de este mismo municipio. Además, entre les demás se encuentra otro ex alcalde y otros dos ex candidatos a la alcaldía, lo que significa que más de la mitad de la boleta electoral no es más que un déjà vu nefasto. No dan ni ganas de hablar de ninguno de ellos; ya tuvieron su oportunidad de cambiar el municipio y tomarse las cosas en serio, y no lo hicieron.
Lo peor de todo es que el común denominador en todas las elecciones, además del reciclaje de candidaturas, es la escasez de la participación de mujeres. Aunque entendemos que esto sucede, en parte, porque el mismo sistema nos trata de expulsar, nos hierve la sangre de pensar en el daño que esto nos hace.

El martes tuvimos la oportunidad de asistir al debate organizado por Wikipolítica en el marco de #LaExtraordinaria, una cobertura de esta época de elecciones que resalta precisamente lo absurda que es. Invitaron a Pedro Kumamoto a moderar y, viendo quién organizaba y convocaba, teníamos un poquito de esperanza de que se tomara en serio. ¿Qué fue lo que sucedió? Los punteros ni se tomaron el tiempo de asistir y del debate quedaron las propuestas de las candidatas, uno que otro intercambio de palabras, chistes y un arranque con tintes fascistas de uno de los candidatos. Así, comenzó el debate entre Sandra Pámanes, Ana Villalpando, Adalberto Madero, «El Pato» Zambrano, Jesús Uckles y Pedro Alejo Rodríguez «Fufito».
Confirmamos lo que ya sospechábamos: que las opciones que vamos a ver en la boleta siguen sin representarnos y que mientras más tiempo pasemos sin alcalde o alcaldesa, más vamos a dudar sobre para qué sirve tenerle. Nos dimos cuenta, además, de que existen discursos misóginos, intolerantes y de odio así como una nula comprensión sobre lo que son los derechos humanos aún dentro de estos debates.
Como contraste, escuchamos a candidatas hablando de lo que implica ser una mujer en el espacio público, de cargas violentas en el lenguaje y modificaciones al Instituto de la Mujer. No solo eso, sino que en la sección sobre ciudad las escuchamos hablar sobre desincentivar el uso del automóvil (Sandra Pámanes), la propuesta de inversión en ciclopistas y cuidado de áreas verdes (Ana Villalpando) mientras los otros candidatos dedicaban parte de sus minutos a hablar de la gestión del último alcalde.

Más tarde, escuchamos a César Ulloa, Ximena Peredo, Paty de Obeso y Pedro Kumamoto en una mesa de análisis sobre el debate y, una vez más, concluimos que es importantísimo que nos articulemos y logremos organizar nuestras resistencias y luchas. No solo eso, sino que tuvimos tiempo para cuestionarnos qué hacer frente a la siguiente elección. La mayoría de las columnas apuntan a la importancia de manifestarnos vía nuestro voto y demostrar quién de les candidates queremos que nos represente. Sin embargo, como apuntó Ximena, existe otra opción: anular nuestro voto. De preferencia, anularlo con una idea a futuro de lo que podría suceder con esos votos nulos y lo que implicaría para los partidos políticos. Wikipolítica en Jalisco ya exploró algunas opciones con #SinVotoNoHayDinero, pero queda en nosotras ver lo que podría suceder aquí.

Nuestro llamado a la acción no va a que anulen su voto ni a que voten por las mujeres en la boleta. Más bien queremos invitarles a que se involucren (mucho) en estas elecciones que se aproximan, aunque sea de lejos, estando al pendiente de #LaExtraordinaria, o escribiendo sobre ellas. Traer estos temas a la mesa es importantísimo cuando muchas de nosotras no sabemos cómo involucrarnos en la política. Recordemos que no existe solamente una manera, que todas las formas sirven pero que lo importante es que estemos ahí, que no quitemos el dedo del renglón y que nos dediquemos a ponerle una chinga a quienes nos representan o pretenden hacerlo.