El pdf del “Proyecto de presupuesto de egresos de la federación para el ejercicio fiscal 2019” (osea el PEF 2019) ya se está discutiendo en la Cámara de Diputadas. Este artículo pretende ser un insumo para la discusión informada dentro y fuera de esa Cámara específicamente sobre el anexo 13 del PEF 2019, es decir, de la propuesta del Ejecutivo Federal sobre el Presupuesto Etiquetado para las Mujeres y la Igualdad de Género (PEMIG) para el 2019.
Los 3 grandes momentos en la historia del PEMIG
2008
El PEMIG existe desde el 2008. Desde entonces, cada año el Decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) incluye un anexo que especifica los programas presupuestarios (PP) que deben estar orientados a las mujeres y la igualdad de género, así como el monto total etiquetado (paréntesis para agradecer a las tantas feministas que lo consiguieron).
2012
A partir del 2012, la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria establece que el PEMIG no se puede reducir, es decir, que cada año este presupuesto tiene que mantenerse o incrementarse (paréntesis para agradecer a las tantas feministas que dieron ese firme e importante avance).
2018
Fue hasta el 2018 en que el PEMIG tuvo un incremento importante y nunca antes visto (74%). Es importantísimo subrayar que este incremento se dio en un contexto de emergencia nacional por la alza en feminicidios y la gravedad de todas las violencias contra nosotras (paréntesis para agradecer a las tantas feministas que visibilizan la emergencia nacional que vivimos y las que lograron este importante incremento en el presupuesto para las mujeres).
Evolución de los montos del PEMIG
Hablar del PEMIG 2019 implica hacer una revisión de los ejercicios pasados para aprender de ellos y reorientar recursos que respondan al contexto actual. Les comparto una tabla que contiene la evolución de los montos totales etiquetados del PEMIG durante el periodo 2008-2018, así como del número de ramos y programas entre los que se ha distribuido este presupuesto y a la que le agregué la propuesta del Ejecutivo Federal para el 2019.

Aunque en 2012 se estableció que el PEMIG no se podía reducir, lo que es un logro feminista importantísimo, realmente el aumento anual del PEMIG de 2013 a 2017 fue muy bajo, aún antes de considerar la inflación: durante 2013 y 2014, el PEMIG se incrementó por debajo de un 20% y durante 2015-2017 el incremento anual fue por debajo del 10%, es decir, migajas si consideramos la inflación. De nuevo, 2018 fue el primer año en que por primera vez logramos un incremento importante.
Para el 2019, el Ejecutivo Federal está proponiendo un aumento de 32%, lo que en términos reales, es decir, considerando inflación, es un aumento del 28% aproximadamente. Asimismo, propone una reducción en el número de programas presupuestarios entre los que se reparte este presupuesto de 114 a 106 programas.
PEMIG Vs. presupuesto para otros grupos vulnerables
Comparar el monto total etiquetado del PEMIG, con el presupuesto destinado a otros grupos considerados vulnerables como los pueblos indígenas, la juventud y la niñez y adolescencia me permitió identificar que en los últimos 3 años, aún con el importante incremento de 2018, el grupo vulnerable con menos presupuesto para sus necesidades específicas fueron las mujeres, seguidos por los pueblos indígenas. Sin embargo, los grupos indígenas tuvieron presupuesto equivalente a casi el doble del PEMIG en 2018. La propuesta del Ejecutivo Federal para el 2019 mantiene la tendencia de que las mujeres seamos el grupo vulnerable con menos presupuesto para sus necesidades específicas, muy por debajo de lo que se propone destinar a los otros grupos vulnerables seleccionados.

Zoom en el PEMIG 2018
Los programas que conforman el PEMIG se clasifican en 3 tipos: tipo 1- acciones que promuevan la igualdad entre mujeres y hombres; tipo 2- acciones que promuevan la erradicación de la violencia de género; y tipo 3 – acciones que promuevan la erradicación de cualquier forma de discriminación de género.
De los 47,918.4 mdp que conforman el PEMIG 2018, solamente se destinaron 1,595.1 mdp a las acciones de tipo 2. Esto significa que solo el 3.3% del PEMIG 2018 se destinó al combate a la violencia contra las mujeres. Esto definitivamente no es congruente con la emergencia que vivimos las mujeres, puesto que se esperaría que el aumento del 74% logrado este año se hubiera visto reflejado en darle prioridad a acciones enfocadas a la erradicación de la violencia contra las mujeres.
Les hice una tablita que resume cómo se distribuyó ese pequeño 3.3% destinado al combate a la violencia contra las mujeres y qué actores fueron responsables de ejercerlo. El presupuesto destinado al combate a las violencias contra las mujeres abarca prevención, atención, protección, sanción, planeación y estadística, no obstante, la información disponible no permite saber exactamente cuánto dinero se dedica a cada uno de estos elementos y eso debe corregirse en 2019.

¿Y qué onda con los indicadores y el seguimiento al ejercicio del PEMIG?
Es importante preguntarnos qué porcentaje del PEMIG se destina específicamente a violencia contra las mujeres en el contexto de emergencia nacional por la alza en feminicidios y la gravedad de todas las violencias contra nosotras. Además, cómo se distribuyó ese porcentaje y qué actores fueron responsables de ejercerlo. Y todavía más importante, preguntarnos cómo estamos midiendo y rindiendo cuentas sobre el ejercicio del PEMIG.
El Centro de Estudios para el logro de la Igualdad de Género de la Cámara de Diputadas analiza trimestralmente el avance presupuestal del PEMIG con el objetivo de registrar 3 cosas: 1) el avance de los indicadores en relación al ejercicio del PEMIG, 2) la información reportada por las dependencias a cargo y 3) la alineación que los programas a los que se les destinó presupuesto federal guardan con el Proigualdad 2013-2018, es decir, con el empoderamiento de las mujeres.
Yo revisé el tercer informe de 2016, el primero del 2017 y el segundo del 2018. De la información presentada en estos estudios destaco lo siguiente:
- Es común que se encuentren subejercicios y/o reducciones presupuestales. (Ninguna sorpresa hasta aquí).
- En 2017, los indicadores de resultados e impacto representaron apenas el 9.5% y 1.5% del total de indicadores. Mientras que los indicadores de cobertura (26.2%) y gestión (62.8%) abundaron. (Tampoco me sorprendió).
- En 2016, solo el 22% de los programas reportaron a las mujeres como su población objetivo. En 2017, esto bajó a 14%. (Aquí sí que me sorprendí).
- Es común la falta de congruencia entre programa, población objetivo, acciones, objetivos e indicadores y la alineación de los programas con los objetivos del PROIGUALDAD. Ahorita le estamos dando dinero a programas que no tienen nada que ver con las necesidades específicas de las mujeres o el empoderamiento de las mujeres (Aquí sí que me molesté).
Aprendamos de los errores del pasado
Lograr más recursos está bien sí y solo sí nos aseguramos de que ese dinero se ejerza:
- En favor de las necesidades específicas de las mujeres
- Con transparencia
- De manera articulada
- Acompañado de un ejercicio constante de rendición de cuentas
- En programas presupuestarios que den resultados
Gastar, por ejemplo, dinero de prevención en folletos sobre la violencia contra las mujeres sin demostrar que ni un solo peso se fue en actos de corrupción o para actos anticipados de campaña y sin demostrar que los folletos son efectivos para prevenir la violencia, sería irresponsable y nada feminista. Gastar recursos en lo mismo que ya está haciendo otro actor y que no ha demostrado que dé resultados, también sería irresponsable y tampoco es feminista.
Las necesidades de las mujeres son muchísimas y los recursos limitados, por lo que es indispensable que las decisiones de cómo se va a utilizar ese dinero sean basadas en evidencia y que no se repitan esfuerzos desarticulados. El gran reto derivado del carácter de transversal de la política pública de igualdad de género continúa siendo la coordinación, seguimiento y evaluación de todos estos programas y es algo que hasta la fecha no hemos logrado. Es urgente que el Instituto Nacional de las Mujeres y sus equivalentes a nivel subnacional se concentren en su rol coordinador de las políticas públicas en favor de las mujeres para corregir las fallas que actualmente se han identificado en los ejercicios del PEMIG.
Ante la emergencia nacional de la violencia contra las mujeres, es indispensable que en el PEMIG 2019 se dé prioridad a las acciones que promueven la erradicación de la violencia de género directamente, que se etiqueten recursos con base en resultados, que se incrementen los programas presupuestarios dirigidos solo a mujeres de forma significativa y que se asegure la relación de estos programas con la finalidad con las que fueron dotados de presupuesto: el empoderamiento de las mujeres.
Angie Maldonado, politóloga feminista.
Trabaja en Alternativas Pacíficas AC como coordinadora del Grupo Impulsor para el Combate a las Violencias Contra las Mujeres, una iniciativa que propone la colaboración intersectorial, corresponsable y articulada de la sociedad civil, la academia, el gobierno y la iniciativa privada en la política pública del combate a las violencias contra las mujeres del Estado de Nuevo León.