El lado incómodo del autocuidado

Es muy probable que a estas alturas hayas oído sobre el término autocuidado (o self-care) en conversaciones cotidianas o alguna plataforma digital, sin embargo la interpretación que solemos recibir de estos medios mainstream tiende a ser distorsionada.

El origen del término es innegablemente político, acuñado por inmigrantes, mujeres de color y miembros de la comunidad LGBTQ+ en un clima donde el poder se mantenía en manos de personas de raza blanca. Estas comunidades eran calificadas como incapaces de cuidarse a si mismes y de esta manera justificaban abusos y explotación.

Con el paso de los años y de la mano de movimientos sociales, las comunidades marginadas se han apropiado del término para convertirlo en un reflejo de empoderamiento contra un sistema paternalista y un llamado de solidaridad entre individuos históricamente oprimidos.

Actualmente el término es más ligero en significado y usualmente acompaña propaganda de un sinfín de productos y servicios. Podemos entender el autocuidado como el conjunto de acciones que tomamos conscientemente para identificar y atender necesidades físicas y emocionales. Puede ser una tarde de relajación, visitar a un grupo de amigues o una sesión de meditación.

Aún así no podemos olvidar que el autocuidado no deja de ser un acto político, que va más allá de actos superficiales de placer, nos empuja a analizar y comprender nuestro contexto y cuestionar nuestros actos.

El autocuidado como un producto

No voy a intentar desacreditar el poder que un baño tibio, un postre decadente y unos cuantos productos de belleza tienen en el estado emocional de la persona, pero sí voy a señalar que el placer producido es fugaz y no constituye un autocuidado profundo. Lo que realmente está nutriendo las necesidades del alma es el proceso emocional detrás de estas acciones. Identificar carencias y sanarlas independientemente del reto es lo que construye a la persona y la lleva por un camino de autoconocimiento. En algunas ocaciones este proceso se verá facilitado por agentes externos (productos) pero depositar demasiada confianza en estos puede resultar dañino.

El autocuidado no siempre se puede fotografiar y definitivamente no se puede comprar.

Al pertenecer al mercado como un producto el autocuidado se ve sometido a las mismas prácticas que todos los demás. Para convencer al comprador se le alimentan ideas de necesidad falsa e inconformidad que puede ser aparentemente resuelta fácilmente con la adquisición de algo. Se presentan imágenes cautivantes con ejemplos de otras personas que siguieron ese camino y ahora encajan mejor en el molde de felicidad y auto realización (entiéndase, redes sociales e influencers).

No todo lo que se siente bien es autocuidado

El autocuidado no es hedonismo. Recordamos su contexto para entender que su práctica persigue mucho más que el placer inmediato y superficial, es una búsqueda de supervivencia y superación. Como cualquier proceso de crecimiento personal, también requiere esfuerzo y sacrificios que no siempre estaremos dispuestos a hacer pero son parte de la imagen más grande. Es por eso que el autocuidado no siempre es bonito en apariencia y no siempre es satisfacción instantánea.

  • El autocuidado es la auto-crítica, es identificar y cambiar patrones destructivos.
  • Es saber reconocer nuestros errores y pedir perdón.
  • Es saber perdonar.
  • Es expresar nuestros sentimientos aunque eso signifique mostrarnos vulnerables.
  • Es responsabilizarnos por las consecuencias de nuestros actos.
  • Es saber pedir ayuda y también ofrecerla.
  • Es tomar desiciones incómodas.

¿Estoy siendo egoísta?

No sé, no conozco tu situación pero lo más probable es que no. Aunque es fácil interpretar acciones cuya prioridad eres siempre tú como egoístas, el autocuidado es por definición todo lo contrario—parte de la noción de que como comunidad debemos de procurar el bienestar de todes y por consecuencia la nuestra también. Es el cliché más escuchado en este tipo de temas, pero como buen cliché es también verdad:

Para poder aportar a tu comunidad es importante que primero te encuentres bien contigo misme y después te fijes las necesidades de les demás.

Cada quien encontrará su propia manera de nutrir sus carencias y si en el camino se topa con un par de indulgencias no habrá problema, siempre y cuando se tenga presente el verdadero valor detrás de estas acciones el crecimiento emocional permanecerá.

Si te interesa leer más sobre esto, ¡clic!

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